El Azar Elige - Episodio 1
Infancia, ramitas molestas y bosques de miedo.
Libros:
“Donde la luna es ronda” de Agustina Tato. La Luminosa Editorial, Buenos Aires, 2015.
“Alguien te está mirando” de Juan Antonio Serrano. Paradocs - Colección Taller de la Retina, Quito, 2012.
“Litorales” de Eniac Martínez Ulloa y Francisco Mata Rosas. Edición de los autores en coedición con El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes México, D.F., 2000.
Libro seleccionado con fichas de scrabble:
“Donde la luna es ronda” de Agustina Tato. La Luminosa Editorial, Buenos Aires, 2015.
https://issuu.com/espacioeclectico/docs/donde_la_luna_es_ronda-final1
Agustina Tato nació en 1976, en Buenos Aires. Es profesora nacional de Grabado de la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”. Instituto Universitario Nacional de Arte (I.U.N.A.) 2001. Fotógrafa Municipal de la Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda 2003. Integró el Colectivo de Artistas “Grupo de las Indias” con el que participó de diferentes exposiciones en Argentina, Chile y Uruguay. Durante 6 años se desarrolló profesionalmente en cine publicitario como asistente de vestuario y arte. Luego fue asistente de fotografía de Andy Cherniavsky. Desde 2010 trabaja como fotógrafa independiente para distintas revistas.
La fotografía que abre la historia del libro, donde a primera vista se ve un personaje que por la vestimenta se sugiere que es una mujer jovén estudiante, quien está oculto el rostro con las ramas de un árbol iluminado fuertemente con las luces.
Un recurso muy usado en la fotografía contemporáneo es el de ocultar el rostro con ramas, lo que nos da a entender que es una imagen impuesta por el fotógrafo. Se puede notar una simetría dada por el personaje situado en el centro de la toma que está mimetizada con el fondo negro y la sombra que se genera de la iluminación que envuelve toda la escena de en diferentes tonos de verde.
Sobre el poema:
El poema funcionan como una declaración del comienzo necesario de un relato.
El cuento ahora es el de una niña, icónica. Un halo de luz se cuela para darle espacio al arte. Adentro de este libro, y de este cuento que he comenzado a imaginar, irrumpe otro, un librito interior como un vientre que lleva a un hijo.
Veo un abrazo reparador. Un brazo que ronda, que está cerca y que también es testigo. Veo la presencia de un hombre. ¿Quién es? Un hombre que toma a las niñas de las manos y arrastra sus brazos en medio de la noche.
En la tapa y en la contratapa del libro, las niñas se trenzan y se apoyan una en la otra. Son dos niñas que juegan a ser la misma o una sola niña que juega a desdoblarse en otra.
En ese jardín vive la infancia y, esos árboles, en su mayoría, han permanecido bajo las diferentes lunas, en el mismo espacio, durante tantos años.
Los deseos de una niña son rezos. Los deseos de una niña se desarman con la muerte de su madre. Los deseos renacen con el origen de un hijo.
La vida es un juego fantástico, onírico y un invento. Aquellas fantasías, como pensamientos atemporales, se reconstruyen en este presente.
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