El
poder evocador de la imagen, la suscitación de la memoria, son gestos
que entraña la realización artística de Paula Parrini, fotógrafa,
productora de cine, y comunicadora audiovisual de reconocida
trayectoria. Y la propuesta se plasma en su nuevo libro y exposición de
fotografía, UIO, un
vuelo que nos devuelve el ir y venir de los aviones que decolaban y
aterrizaban en el viejo aeropuerto quiteño que estaba en el centro de la
ciudad.
La imagen simbólica es un ámbito que le es familiar a Paula Parrini, productora de los largometrajes Qué tan lejos, En el nombre de la hija, Cuando me toque a mí, y del documental Luz de América.
Es una creadora de universos disímiles, más allá del fotoperiodismo,
del documentalismo y del arte conceptual. En un ejercicio de la memoria,
Paula emprende el vuelo hacia su infancia en el barrio aeropuerto y nos
presenta sus evocaciones aéreas en un juego de Tangram que desafía la
imaginación, y estimula la memoria colectiva de los habitantes de la
ciudad.
El
prólogo del libro UIO, -ediciones Paradocs Fotografías-, en una lúcida
apuntación de María Fernanda Troya, señala que “la presencia ausente de
esas cajas de metal y de sus ruidosos pasajes por nuestros cielos se
trabaja aquí desde una mirada fértil: el contraste y la repetición son
los recursos más usados, junto con una suerte de anulación
tridimensional que vuelve, por momentos, inverosímil, toda
representación, como en un “braile mental”, como diría Gabriela Alemán
en una ocasión, a propósito de las fotografías de Paula Parrini”.
El hilo conductor de UIO en su unidad temática de los aviones, es el uso del blanco y negro que le da coherencia, el libro es un caos y eso es lo interesante. Esa es su fuerza, rompe cualquier narrativa. En ese sentido el libro es caótico, como era el antiguo aeropuerto, llegaban los aviones a cualquier hora, aterrizaban, se caían
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