FICHA TÉCNICA
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La Casa del Alabado es una de las construcciones más antiguas del Centro Histórico de Quito. La fecha de su primera construcción es incierta, pero se presume que se remonta a finales del siglo XVI. Los moradores del sector —ahora el barrio de San Roque— conocen a La Casa del Alabado por su nombre actual desde 1671, cuando en una reconstrucción se talló sobre un dintel de piedra de la fachada la siguiente inscripción: “Alabado sea el Santísimo Sacramento. Acabose esta portada a 1 de julio de 1671 años”. El documento de esa orden de reconstrucción —a nombre del capitán Diego Miño de Paz y Paredes— es uno de los primeros documentos arquitectónicos de la ciudad.
El inmueble fue habitado por varios propietarios a lo largo de los siglos. En sus inicios era la residencia de familias acomodadas, luego pasó a ser casa rentera con tiendas y bodegas temporales en el siglo XX. Algunos de sus antiguos inquilinos y vecinos todavía visitan el museo.
La inscripción del dintel es una de muchas huellas. La casa conserva las marcas de sus cambios y, aunque es uno de los ejemplos más notables del período colonial en Quito, exhibe distintos estilos arquitectónicos que desbordan moldes tipológicos. El zaguán de bóveda de medio punto que conduce hacia el patio principal, por ejemplo, presenta herencias moriscas propias de la arquitectura árabe-andaluz. De igual manera, durante la intervención de la casa que en 2004 inició el arquitecto Luis López López, se revelaron distintos rastros de su historia, como por ejemplo, la viga del ingreso original, que según el análisis de carbono-14 tiene entre 1350 y 1450 años.
La intervención fue un proceso excepcional que estableció un diálogo entre técnicas y materiales vernáculos con tecnologías modernas de construcción. El resultado es visible en la expresión natural de los materiales, en la presencia de texturas nacidas de la mano de los artesanos, y en la asimetría y falta de uniformidad de las masas murales.
La Casa del Alabado se yergue entre estilos arquitectónicos cambiantes desde la Colonia, para resguardar el patrimonio precolombino de la región. Es un espacio en el que conviven relatos, tiempos y lugares. Esta casa es un viaje.
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